Nuestra profesora de la asignatura Educación y Sociedad, Paloma Candela, nos ha propuesto realizar una reflexión acerca de las comunidades de aprendizaje. Como el tema me ha parecido interesante, reproduzco a continuación mi reflexión personal.
En primer lugar me gustaría vincular el tema
de comunidades de aprendizaje, que estamos viendo como parte del contenido del
tema familia y escuela, con el de sociedad actual y su influencia en educación.
Como ya vimos en el primer tema, el sistema educativo vigente fue concebido en
una época muy diferente a la actual, para una sociedad que tenía unas
necesidades muy distintas. Tras la lectura del artículo de Mariano Fernández
Enguita, “El trabajo en la Sociedad del conocimiento”, en Educar en
tiempos inciertos, extraje la siguiente idea: “se hace necesaria la
especialización en áreas acotadas y, por tanto, la cooperación y coordinación
entre individuos.” Pues bien, esta cooperación y coordinación que es tan
necesaria en la sociedad en la que nos encontramos, es proporcionada de una
forma natural en las comunidades de aprendizaje.
Desde
mi punto de vista, las comunidades de aprendizaje tienen dos objetivos bien
definidos; por un lado, pretenden la mejora de la educación a través de grupos heterogéneos,
aportando calidad a la educación e implicación de todos los miembros de la
comunidad en la misma. Por otro lado, la mejora de la convivencia y la
integración social, haciendo posible que los miembros de la comunidad observen
que tienen algo que enseñar y también algo que aprender, independientemente de
la raza, sexo, edad, creencias, costumbres, nivel educativo, etc.
En
el vídeo en el que Ania Ballesteros nos narra su experiencia en grupos
interactivos y tertulias literarias se aprecia bastante bien la esencia de las
comunidades de aprendizaje. Ania refleja de una forma extraordinaria la gran
riqueza que aportan a la educación los grupos heterogéneos y cómo las
interacciones entre los diferentes miembros de estos grupos hacen que el
aprendizaje sea más significativo.
Hasta el momento no tenía una opinión formada acerca
de las comunidades de aprendizaje. Lo que sí tenía claro es que el hermetismo
que algunos centros educativos muestran ante los familiares de los alumnos y
alumnas de su centro no me parecía adecuado. Creo que todos y todas tenemos
mucho que aportar, de un modo u otro. Yo misma, siempre que me lo han permitido,
he ayudado en actividades del colegio de mis hijas, como apoyo en salidas,
realizando orlas, etc. Creo que la comunidad en general y la familia en particular tenemos mucho que
aportar en la educación dentro de los centros educativos. También creo que estas
experiencias hacen que la escuela se acerque a la realidad social. Para que los
niños y niñas tengan una buena preparación, es necesario que adquieran una
serie de habilidades o competencias. Estas experiencias que proporcionan las
comunidades de aprendizaje hacen que la adquisición de las mismas sea más
natural y real.
Por último comparto dos experiencias
de Comunidades de Aprendizaje en curso en la provincia de Ciudad Real:
- CEIP San
Juan de Ávila (Castellar de Santiago)
- Cole-Cooperativa Virgen de la Cabeza (Valdepeñas)
También os recomiendo visitar: Numero monográfico de la revista
Tendencias Pedagógicas (UAM)
Este es un tema que a nivel personal, me interesa bastante, asi que viendo los contenidos de tu blog, seré asidua por aquí.
ResponderEliminarY con tu permiso, te recomendaré.